Con el paso de los años, tus gustos se van adaptando -al menos, en cierta medida- a tu «madurez», pero el niño y el adolescente que todos llevamos dentro suele surgir de cuando en cuando, o incluso a menudo. Yo diría que hasta es sano liberar esa magia y fantasía propias de la juventud pese a que las arrugas de tu rostro empiecen a delatar que tu edad suma ya varias décadas...
Mi hermano suele meterme caña y me llama «abuela roquera» cuando voy a un concierto de rock, pero ¿acaso hay una edad donde debe dejar de gustarte el rock o conformarte con escucharlo en la radio, el coche o algún endiablado reproductor mp3? ¡Ni hablar del peluquín! Aunque tu modo de vestir puede llamar la atención según tu edad, ¿quién es nadie para ponerle límite de edad a una prenda? Definitivamente, no me gusta que se le pongan límites de edad a actividades, gustos, looks... o al amor, aunque mucho me temo que la convención social a veces impera y surgen términos como el que nos ocupa para calificarlo a uno cuando la diferencia de edad se considera excesiva con el objeto de tus deseos o sentimientos románticos. ¿Quién no se ha enamorado de un profesor en la Universidad? Hasta ahora no han podido tacharme de asaltacunas, pero nunca se sabe qué puede pasar en el futuro, y ya puestos, preferiría que me llamaran cradle-robber a asaltacunas.
EJEMPLITO AL CANTO ("The Mindy Project"):
Contexto: Nuestra doctora entra en la sala acompañada con su joven hermano y las enfermeras se quedan mirándole absortas.
EDITADO: Gracias a la aportación de mi amiga y bloguera Louisa (www.mylittlespanishnotebook.wordpress.com), a quien, una vez más os recomiendo leer, añado que la versión británica de asaltacunas es cradle-snatcher.
Esta es la última entrada del año y os deseo que el 2014 venga cargado de salud y amor, ya sea en versión asaltacunas o viceversa... Os dejo con una canción titulada "El asaltacunas" de Lalo Mora.
M.B.J.